<<Se seguían queriendo. Mucho. Demasiado. Se querían de la peor de las maneras. Se odiaban de la mejor de ellas. Decían que no, pero sabían perfectamente que desde que se habían separado las cosas no habían ido bien. Él había sido un auténtico capullo con todas las personas y ella había roto todo su mundo. Pero no iban a decirlo. Eran demasiado orgullosos. Pero qué más da ya. Eran unos orgullosos enamorados que no se tenían el uno al otro. Las sonrisas se escaparon. El suelo tembló. Nada sería como antes. Lo sabían y pensaron que todo, antes, era perfecto. Pero ninguno daría el paso de decir la verdad porque eran unos cobardes.>>