De niños se hicieron un juramento de amor eterno. Fueron separados sin su consentimiento pero prometieron un día su reencuentro. De adolescentes, uno de ellos cambió su camino, mientras el otro hasta derrumbados fueron sus deseos y suspiros. De adultos fue el esperado reencuentro, un rostro olvidado y el otro grabado. Un sacrificio se debía hacer pero no todos estaban dispuesto a obedecer. 🥞 No copiar ni adaptar por favor.