"No nos dejamos mirarnos. Está el otro en frente y le sacamos una foto. Está el otro en frente y miramos un teléfono. No nos dejamos escucharnos: nos pisamos con las palabras, las amontonamos, les permitimos pegar, o no decir nada: Nada bueno, nada lindo, nada gracioso, nada cierto. Nada. Y decir nada es decir, y muchas veces, es peor que decir algo. No nos dejamos sufrir, no nos dejamos esperar, no nos dejamos sentir, no nos dejamos soñar. Que la utopía sirve para caminar, dijo Galeano. Y para eso sirven también los sueños. Que no todos los sueños se van a cumplir, y qué importa. ¿Por qué no nos dejamos soñarlos igual? Dejarse caer. Caer al vacío, al abismo, a lo infinito. Y en ese infinito devenir música. Devenir vibraciones. Devenir movimiento. Devenir aire. Devenir risas. Caída libre. Caída rebelde. Caída efímera. Caída de tu mundo y vuelta a empezar..." Un fragmento del libro "Arde la Vida" por Magali Tajes