Cada mañana luego de escuchar la alarma, me levantaba de la cama con mucho entusiasmo, bajaba las escaleras hasta llegar a la sala donde mamá me espera con un enorme abrazo, y un beso en la mejilla; escucharla decir lo mucho que me amaba hacia estremecer mi cuerpo.
Al paso del tiempo mamá me presento a alguien que se convertiría en mi mejor amiga, me molestaba diciendo que algún día ella se casaría conmigo, teníamos la edad de 8 años, pero mamá gustaba de una boda.
Un día luego de salir de la escuela y dirigirme hacia mi casa, mis ojos vieron algo que nunca olvidarán, ese día hizo que mi pequeña y torpe sonrisa desapareciera, encontrarla en esa situación arruinó mi vida por completo. Tomar su mano, y notar la ausencia de su agradable suavidad y calor, ahora un fuerte frió recorría por todo su cuerpo.
-¿Esto es real? -me preguntaba mientras miraba mis manos temblar, la desesperación me gobernó por completo.
Al paso del tiempo mi tristeza se volvió un ámbito, aquella emoción de bajar las escaleras por mirarla ya no existía, regresar a casa, tomar las llaves, pero sin antes cerrar mis ojos por un momento imaginándome que al abrirla todo volvería a como era antes.
Las cosas perdían su esencia, me estába apagando a un paso muy lento.
Me hubiera gustado que escucharas las últimas palabras que te dije antes que me dejarás, aunque ahora las cambiaria por un "Te extraño mamá"
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Historia 100% original no se aceptan copias ni adaptaciones sin mi consentimiento.
*EN EDICIÓN*
No crei que el amor me llegaría a los 24, mucho menos que era una niña de 17.
¿Problemas?
Uno: es menor.
Dos: es hija del pastor.
Tres: a mi hermano le gusta.
Cuatro: ¡es mi alumna!
Y cinco: es una chica...
Aunque lo último a mi no me importaba.
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En edición.
Finalizada.
Mi gato es el autor 🐱