Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez... Con los músculos tensos y el sudor deslizándose entre su piel y la ropa, con la respiración acelerada no se da por vencida quiere dar todo, deseando ver hasta cuando puede su cuerpo pedir un alto que al parecer ya ha llegado, con una agilidad impresionante, una rapidez inigualable viene un último, pero magnífico golpe preciso con destino al saco de 45kg, sin importar el ritmo tan acelerado de su corazón, ni la manifestación de sus pulmones por aire hace que salga corriendo por sus cosas para después dirigirse a su bella y tranquila casa, ¡diablos! ¿Qué es esa cosa verde que esta en el techo? y ¿Esos son gritos?, bueno vamos a retirar lo bella y lo tranquila. -¡Ni loco le digo yo! Tu eres su padre por lo tanto el responsable-Dijo con desesperación que demostraba por el hecho de tirar de su cabello como signo de tal sentimiento. -¿Quieres que me mate cuando le diga que se va a ir a un internado?- Preguntó indignado -¡¿QUÉ?!- Grita causando que se sobresaltaran por tan repentino grito.
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