La imagen del chico con la curiosa máscara se grabó en los ojos celestes de la criatura. El aroma de la sangre que circulaba por sus venas, su corazón bombeando al ritmo de la música. Tsuzuku no podía explicarlo, ni la densa presencia sobre todos ellos podría detener su irrefrenable humana emoción de querer verlo otra vez, sin tener idea de lo que sus impulsos atraerían hacia los suyos.All Rights Reserved
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