Siendo niños, Bastian y Jandy se prometieron ser amigos para siempre. Sus palabras eran casi como un juego en una mañana de otoño.
El tiempo transcurrió y, sin darse cuenta, los juegos y las palabras ya no eran los mismos.
Ambos cumplieron su promesa, aunque en su corazón, Jandy sabía que algo más bello crecía, que su amistad con Bastian era ahora, más que una promesa, una incertidumbre:
de sus sueños, de su apoyo de ser siempre amigos..., de saber si entre ellos podría nacer algo más,
porque en ella floreció una chispa que crecería a cada mirada, con cada voz, con cada recuerdo que hicieron juntos.
Pero el mundo no es jamás algo seguro y el tiempo a veces no cura heridas, las abre.
Aun así, como el viento viaja libre por un cielo de tonos azul, Jandy encontrará su camino hacia un lugar que le aguarda lleno de sorpresas, mientras que los árboles de un parque cercano
son los testigos perfectos de una promesa, que se hacen dos jóvenes, al atardecer.
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.