17 Partes Continúa En un mundo donde los dragones dominan los cielos y las montañas, ella ha hecho de estas criaturas su familia. Criada entre escamas y rugidos, se ha acostumbrado a su fuerza y nobleza, viendo a los humanos como extraños frágiles que no comprende. Su vida es un equilibrio entre la ferocidad de las bestias y la soledad que la envuelve, un refugio que no está dispuesta a abandonar.
Pero todo cambia con la llegada de un chico de ojos verdes, brillantes como esmeraldas. Él aparece por casualidad, sin miedo a los dragones ni a la mirada dura que ella les dedica a los intrusos. Hay algo en él -una mezcla de curiosidad y calidez- que la desconcierta. Con el tiempo, sus pequeños gestos -una sonrisa tímida, una palabra amable- comienzan a resquebrajar las murallas que ella levantó contra los humanos.