Según la ciencia, los opuestos se atraen, según la filosofía amamos de las demás personas aquello que inconscientemente sabemos que nos falta. Ellos no son ciencia, tampoco un producto filosófico de alguna mente cuerda; ellos solo son, así sin más y les vale mierda todo ésto, pero saben que desde el instante en que cruzarón miradas todo empezó a cambiar.