-¿Ya te tienes que ir, de verdad? - preguntó un pequeño peliverde a la niña de ojos verdes frente a él.
-Sí. Lo siento, Izuku-kun. - respondió ella bajando su cabeza y con sus ojos amenazando con llorar.
Al ver eso el pequeño no pudo evitar abrazar a su amiga.
-No te preocupes, Kendo-san. Todo estará bien. - dijo el en un tono triste pero al mismo tiempo empático.
-¿Cómo lo sabes? - preguntó la pelinaranja soltando unas pocas lágrimas de sus ojos.
-Lo sé por nos veremos en U.A. cuando entremos a estudiar para ser héroes. - contestó él con mucha confianza.
La pequeña detuvo su llanto y se separó. Luego vio a la cara de su amigo. Al hacerlo vio que él estaba sonriéndole.
-¿Me lo prometes? - preguntó Kendo mostrando su puño derecho y extendiendo su meñique.
-¡Por supuesto! - respondió Izuku haciendo lo mismo.