¿Cómo puedes cuestionar la existencia de Dios, si cuestionas al Dios mismo? ¿Por qué pedirle ayuda a Dios, si no la deseas?... Alguna vez, en alguna parte, en algún momento preciso que ahora es imposible recordar con claridad Iwaizumi escuchó estas palabras. ¿Fue parte de una conversación ajena? ¿La letra de alguna canción? ¿Las palabras de un amigo?, cualquiera que fuera el caso no importaba, sonaban pretenciosas e incomprensibles, no había necesidad de destense a pensar en ello, pues lo único que importaba era el volleyball, aun así, jamás pudo borrarlas de su mente, de vez en cuando volvían a su cabeza y con la misma velocidad que golpeaba un remate desaparecían para ocultarse nuevamente y sin previo aviso aparecer cuando menos lo esperara.