"Hay momentos en los que la vida te coloca a la misma distancia de huir o quedarte para siempre". -Elvira Sastre- Se puede decir que yo lo intenté. Huir para siempre, quiero decir. Y como castigo me quedó una cicatriz en mi muñeca izquierda, pánico a la oscuridad y unas pesadillas que me hacen no querer dormir jamás. Tres años después puedo asegurar que lo he superado y que he asumido que llevar el brazalete en su sitio será una preocupación que cargaré toda mi vida ... o eso creía hasta que él apareció. ¿Sabéis de esos días en los que parecen que todos los planetas se han alineado para que te ocurra absolutamente de todo? Pues a mí me pasó. Todas esas situaciones que pensaba que solo pasaban en películas de repente era mi vida. Era todo tan surrealista que me perdí en mi misma o tal vez me dejé perderme en dos ojos azules. Ni siquiera ese color parecía real. Él no parecía real. Christian irrumpió en mi vida llevándose toda mi cordura por delante como si de la cinta de una carrera se tratara y él hubiera quedado en primer lugar. Desmontó todo tras su paso como si fuera un terremoto, precioso por fuera, pero destruido por dentro. Me gustaría decir que después todo volvió a ser como en un principio, pero no, mentiría, porque después de Christian nada volvió a ser lo mismo. Ni siquiera yo. Christian me hizo conocer todo aquello que ni siquiera sabía que existían o que nunca estuve dispuesta a conocer; me enseñó a no juzgar nunca por las apariencias, que nunca nada es lo que parece; y me enseñó que no hay que amar a lo que se debe olvidar. Todos los comienzos son para recordar, que si no lo son es porque tienen un final. El nuestro lo fue: saltó a mi balcón para no salir nunca de mi vida. Todos los derechos de esta obra están reservado. "SÁLVAME DE TI" está registrada en Safe Creative con el código: 1807027608306- Está prohibido su copia o imitación total o parcial.