En un principio todo parecía ser diferente entre ellos, todo menos su trabajo, tal vez tenían diferente entrenamiento, pero se dedicaban a lo mismo, no creyeron terminar en una situación que los rebaso sin darse cuenta, que los dejo expuestos a una verdad que ninguno deseo tener, no estaban preparados para eso. Mike no estaba preparado para encontrarse cara a cara a Julieth y su belleza, la imprudencia de sus palabras y esa manía por empeorar todo, no estaba consciente de nada, ni de su amor por ella o por lo peligrosa que podía ser su relación con alguien más, hasta que creyó perderla, podía perderlo todo, pero ella no estaba en esa lista. Julieth por otra parte, estaba metida en un laberinto donde no encontraba salida, entre la apariencia que daba a todos, la imprudencia de su gran boca, el sentirse escondida detrás de su equipo, conocer su capacidad y las ganas de salir adelante pero no poder hacerlo, incluso el sentimiento que no aceptaba por Mike, ese hombre que llego sin previo aviso pero la idiaba al principio, un claro ejemplo de que el amor y el odio eran un diminuto escalón que ellos sin darse cuenta, habían bajado. Una historia agria, pero dulce.