En las calles de una gran ciudad se hallaba paseando un chico de tez clara y cabellos tan blancos como la nieve recién caída y con unos profundos ojos azules pálidos, que realmente eran hermosos a la luz de la gran luna que se adueñaba del cielo nocturno. Su destino estaba previsto, pues su muerte era tan horrible que el mismo dios le otorgo una oportunidad para que pudiera vivir una vida feliz.... Su vida era una completa mierda todos lo sabían aunque el viera el mundo de colores cuando en realidad el mismo estaba en blanco y negro, le mostraba una sonrisa a todo el mundo; después de una convención de anime donde junto con unos pocos amigos se disfrazaron de sus personajes favoritos el quiso disfrazarse de un lindo conejo blanco y aunque no lo supiese representando la honestidad, inocencia y misericordia pero sobre todo lo mencionado. La inocencia.