Agoney vive en Barcelona, natural de Tenerife, se mudó para fundar su propia asociación para la adopción y refugio de los animales. Es un chico sin preocupaciones, vive por y para su trabajo. El día que Amaia y Alfred le piden que cuide de su hija Elga, de la que él es el padrino no se imaginaria que su mundo daría un giro de 360 grados. Maldito el día en el que decidió quedarse con la niña, maldito el día en el que sin querer dejó las ventanas abiertas, maldito el día en el que oyó el primer estornudo, maldito el día en el que se puso mala. Pero, sobre todo, maldito el día en el que la recepcionista de ese ambulatorio le mandara esperar en la consulta 22 de la primera planta con ese pediatra que se hacía llamar Dr. Vázquez. ________________________________________________________________________________ Obviamente es una historia ficticia. Espero que la disfrutéis tanto leyéndola como yo escribiéndola. Todos los derechos reservados