Alessia y Marcos eran amigos de la infancia pero al poco tiempo tuvieron que separar sus caminos. A los 15 años Alessia vuelve para reencontrarse con su mejor amigo, quien tres años después le brinda la posibilidad de cumplir uno de sus mayores sueños: Ser una de las fotógrafas de la selección argentina. Y gracias a esa oportunidad su vida da un giro de 180 grados.