Taetae no sabía ni siquiera si su nombre era realmente ese. Desde que lo encontraran en la calle se había unido a un grupo de pequeños granujas. Pero su ilusión era la de dejar aquella vida y poder salir de las calles para poder tener un hogar y una vida normal, sin robar ni mentir. Y de preferencia, que eso ocurriera antes de que cumpliera los veinte años y que así la ley no lo terminara juzgando como un "omega perecedero" del que tuvieran que hacerse cargo. Ahora tiene la oportunidad, conseguirá que Jeon Jungkook lo contrate como parte de su servidumbre y así poder conseguir el dinero suficiente como para adecentarse y apuntar a un bondadoso alfa que no le trate como lo peor de la estirpe o que se limite a utilizarlo como una incubadora de cachorros. Lo que sea con tal de no ser llevado al juzgado por no tener pareja o por acabar como prostituto en algún burdel de mala muerte.