De tus ojos no paraban de salir lágrimas, y para mí, que aunque me parecía inaceptable, no lo comprendía, no después de toda la historia que tuvimos. Tú me usaste como si no pudiera haberme fijado en ti en algún aspecto más fuera de la cama pero yo, yo sabía que te tapaba una máscara con el nombre de orgullo o responsabilidad y desde luego yo, estaba dispuesta a quitártela.
Tú misma te negabas cuando te daba un beso dulce, tú te negabas si veías algún acto que no condujese a morderte el cuello en un mundo entre sábanas y almohadas, eras tú quien no quería que nos viésemos más que para satisfacernos a sabiendas de nuestras intenciones, eras tú la que no quería abrirse por banda, pero yo, antes ya de nuestros encuentros, el viento envidiaba el temblor que me hacía sentir solo tu presencia, tu mirada me calaba como el frío y tu sonrisa me derretía hasta el corazón y todo por haberte conocido esa noche en aquel restaurante.
Después de la pelea de Issei y Vali , Issei queda pensando las cosas que le dijo sobre su ama y lo hace dudar de ella a causa de eso llegó a conocer a una chica que a sufrido un infierno