-¡Sal conmigo! - rio divertida de su propuesta y niego con mi cabeza. -Eres muy pequeño entiende, no quiero tener problemas legales por salir con un menor-se acerca a paso rápido y toma sorpresivamente mi rostro con sus manos. -Te voy a demostrar que soy lo suficientemente maduro para estar contigo-expreso con seriedad en su rostro. Me suelto de su agarre, dándole un empujón y poniendo mi pie logrando que caíga sentado al suelo. Sonrió victoriosa al ver su rostro. -¿Qué me decías cachorro? -pregunto con burla y una sonrisa ladina. No copiar ni adaptar por favor. Idea completamente de mi imaginación, puede contener errores gramaticales.