¿Qué estás haciendo?

-Pero...- Hizo una breve pausa para mirar completamente perdido al suelo - Te amo...-

Murmuró con ojos vidriosos, mirando ahora hacia el chico enfrente suyo. Había insistido tanto, siendo siempre tan cariñoso y recibido por rechazo a cualquier señal de mejorar un poco. Las palabras eran siempre las mismas.

-Es que no estoy listo para algo serio...- Colocó la mano en su hombro, dedicándole una mirada aparentemente de pesar y pena - Date cuenta.-

Sus palabras no hicieron más que crearle un nudo en el pecho y una presión que causó ganas de llorar en él, pero se negó mordiéndose el labio con un poco de rudeza, así podía distraerse en ese dolor mientras evitaba a toda costa el dejar salir las lágrimas de sus oscuros ojos.

"Date cuenta"

Intentó frenar el potente sentimiento en su corazón y se mantuvo en silencio unos minutos hasta que por fin se decidió. Iba a parar todo, tal vez no podía controlar lo que sentía o lo que su corazón anhelaba, pelo podía forzarse a él mismo a no seguir perdiendo la autoestima después de tantas veces.

Por meses todo acabó, sus coqueteos, sus atenciones, todo el entusiasmo que siempre solía poner con él, aunque sus planes no fueron tan de acuerdo al plan en su mente. Pensó que al no ser tratado con la misma atención que antes se alejaría, pero sólo seguía acercándose cada vez más y eso lo confundía.

-Te amo.-

Aquellas palabras que tanto había esperado escuchar hace algún tiempo salieron de esos labios dejándolo sin habla por unos largos segundos, frunció su ceño y su rostro se ladeó, mirándolo con alta confusión.

-¿Ah?- Lo único que salió de sus labios. Inteligente respuesta, imbécil.

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