Roselyn Bellefleur siempre anteponía sus responsabilidades como cazadora de sombras o los deseos y necesidades de los demás dejando a un lado lo que ella quería. Para ella era imposible tomar un descanso cuando todavía tenía que mandar un informe o hacer una guardia a pesar de que los demás pudieran apañárselas perfectamente sin su ayuda. Entrenaba mucho y la mayoría de las veces se exigía a sí misma más de lo que debería, pero desde pequeña ansiaba ser mejor, no de una forma comparativa con los demás sino que le gustaba (y necesitaba) superar sus propias metas, ver que no era una fracasada y mostrar su valía. Madeleine Bellefleur fue asociada en su día con el Círculo por su amistad con Jocelyn Morgernster (Fairchild de soltera), manchando su apellido, y no quería que su hija cometiera los mismos errores relacionándose con los Morgernster. La vida de la joven parecía encarrilada, con una madre que se preocupaba a veces de más, un puesto estable en el Instituto de Nueva York, una parabatai que era como la hermana que nunca tuvo, grandes amigos que eran los hermanos de la mencionada anteriormente y los sueños extraños que tenía de vez en cuando. Pero toda esa tranquilidad termina cuando aparece una supuesta mundana que resulta ser hija del cazador de sombras más temido en las últimas décadas, Valentine Morgenstern, y se ve envuelta en una serie de acontecimientos para rescatar a la madre de la muchacha y encontrar la Copa Mortal evitando la destrucción del mundo de las sombras y sus habitantes.