Ninguno de los dos se llevaba particularmente mal cuando sus amigos no se encontraban alrededor, por lo que era bastante común que terminara invitando al español a su hogar a pasar el rato y quizás a jugar algún videojuego, tampoco era algo fuera de lo común que terminaran apostando tonterías pero esta vez las cosas había ido un poco más allá de lo comúnmente llegarían, cuando la apuesta fue "cumplir cualquier orden del ganador hasta que sus amigos regresase".
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