-¿Volverás, cierto? –Dijo el pequeño con algunas pequeñas lágrimas rebeldes que caían por sus mejillas.-
-Mike sabes que sí. –Dijo ella con una hermosa sonrisa limpiando las lágrimas de su amigo.-
-Em, no quiero que te vayas –La atrapo en sus brazos.- ¿Qué haré cuando ya no estés? ¿A quién molestare si ya no estarás? ¿Quién me corregirá cuando me confunda en algo? –Las lágrimas ahora caían sin control.- ¿Sabes? Te voy a extrañar.
-Yo también, te voy a extrañar –Soltó un pequeño suspiro.- Ahora prométeme que me esperaras, no te olvides de mí por favor.
-Tonta, jamás lo haría –La abrazo más fuerte.- Eres mi chica –Ambos sonrieron después de esas tres palabras.-
Y ese tal vez fue el último abrazo que los dos pequeños compartieron.