El amor inunda la mente de Manuel, creyendo que cada acción que atente en contra de ese profundo sentimiento es un castigo. Castigo de Dios. Castigo dado por los siglos que le ha tocado vivir. Castigo que pretenden en cada oportunidad quitarle a su gran amor, Martín. "No hay nada que pueda curar el sentimiento de dolor al diablo."