Un manojo de palabras, sentimientos distribuidos en el papel. Cuando el ahogo, no deja escapar la voz, el lápiz, puede ser el aliado perfecto para plasmar todo aquello que no pudimos decir; así aparecen las cartas. Las pequeñas historias, que pueden dibujar un mundo en pocas letras acompañan estas cartas, sumando fantasía en microrrelatos.