-¡Tadashi y Honey se van a casar! - Grito con todas sus fuerzas Fred, atrayendo consigo algunas miradas un tanto molestas de sus amigos por arruinar la sorpresa, pero al final todo salió bien, todos se encontraban felices celebrando a la futura pareja, excepto por un pelinegro que no estaba del todo de acuerdo a esta decisión, pero termino aceptándolo tomando como mayor prioridad la felicidad de su hermano.
-Tranquila tía Cass, todavía no sabemos en donde casarnos, mucho menos si lo haremos aquí.
-Espera... ¿No se casarán aquí? -Pregunto con algo de duda Wasabi.
-Si... Lo que pasa es que... Quisiera casarme en mi país natal, para ser más específica, en el pueblo donde yo nací -Dijo Honey con mucha alegría.
-¿Y en donde naciste Honey? -Pregunto GoGo.
-Me alegro que lo preguntes querida GoGo... Yo nací en un pueblo llamado Santa Cecilia ¡En México!
Así fue como se dio inicio la planeación del gran evento, que debido a la gran familia de la rubia seria en tierras mexicanas, luego de un tiempo, habiendo viajado con dos semanas de anticipación a la fecha propuesta, comenzaron los preparativos.
En el ensayo de boda, las cosas no salen bien. Tadashi no recuerda bien sus votos debido a los nervios, por lo que las prácticas se repiten varias veces. Hiro, exasperado de que su hermano mayor se dejara perturbar tan fácilmente por sus emociones, decide ir a despejarse, explorando el bosque cercano al pueblo, que en medio del recorrido, comienza a recitar los votos del novio, siendo una manera de burlarse en silencio y sacar toda su frustración debido a que no pidiera hacer algo tan simple, terminando en un acto exagerado, arrodillándose y exclamándole a la nada que sea suya. Después de eso, dispuesto a irse, algo lo sorprende, recibiendo la afirmativa que no esperaba.
El Hamada menor es arrastrado al mundo de los de los muertos, con la esperanza de ser la salida de un desesperado músico en apuros.
(Adaptación del cadáver de la novia)
Había cosas que uno no planeaba, y Jihoon tenía pruebas de eso, porque él no había decidido mudarse a los trece años. Sabía que, a pesar de ser alguien ordenado, no podía tener todo bajo su control y eso no le parecía malo, no cuando en ese momento debía dejarse llevar por sus sentimientos, revelar lo que sentía porque esa era su última oportunidad.
.
"...- 𝘌𝘴𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘣𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘫𝘰𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘣𝘳𝘰𝘮𝘢 𝘓𝘦𝘦 𝘚𝘦𝘰𝘬𝘮𝘪𝘯. - 𝘍𝘳𝘶𝘯𝘤𝘪́𝘢 𝘦𝘭 𝘤𝘦𝘯̃𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘺𝘢 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘣𝘪́𝘢 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘧𝘳𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢𝘭 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘳, 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘦𝘭 𝘱𝘶𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘯𝘢𝘳𝘪𝘻 𝘺 𝘨𝘰𝘭𝘱𝘦𝘢𝘣𝘢 𝘳𝘢́𝘱𝘪𝘥𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘶 𝘱𝘪𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘦𝘭 𝘴𝘶𝘦𝘭𝘰... - 𝘗𝘰𝘥𝘳𝘪́𝘢𝘴 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘢𝘷𝘪𝘴𝘢𝘥𝘰. -
- 𝘠𝘢 𝘵𝘦 𝘭𝘰 𝘥𝘪𝘫𝘦 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴, ¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ 𝘥𝘦𝘣𝘦𝘳𝘪́𝘢? - 𝘱𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘰́ 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘨𝘪𝘦́𝘯𝘥𝘰𝘴𝘦 𝘥𝘦 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘰𝘴 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘫𝘶𝘨𝘢𝘣𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘪́𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘵𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯...."