Laila es sonrisas, positivismo y ternura. Zev es gruñón, deprimente y mandón. Laila odia la actitud de Zev mientras que Zev odia que su nueva vecina sea la típica niña buena de campo con sonrisa radiante. Un pintor famoso con miedo a no poder volver a pintar y transmitir sus sentimientos en sus pinturas. Una chica misteriosa que tiene que adaptarse a la ciudad, a la traviesa hija de Zev y a la tensión sexual que crece cuando está con el pintor gruñón, ocultando algo más que la cicatriz que marca su piel. Dos personajes diferentes, campo y ciudad, unidos por la vida y la pasión. •Ganadora del concurso Watty 2019 en la categoría de romance•
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