"Debiste haberle salvado, pero ni siquiera puedes salvarte a ti mismo." Las palabras se repetían cuando cerraban los ojos y recordaban esos días. Ellos eran los mejores amigos que todos querían tener, todos los veían como hermanos, pero jamás se dieron cuenta de que no los conocían del todo. Eran los chicos malos, los chicos rudos, los que rompían las reglas, ¿no? ¿Qué ocurrió en el camino? Todos estaban equivocados, solo eran chicos que buscaban donde encajar y un día simplemente desaparecieron. Tal vez el hecho de que estaban perdidos los llamó a estar juntos, espíritus tan rotos como ellos debían de conocerse.