Zulay decía ser creyente del amor. Cada día perdía las esperanzas y con ella su devoción, tras muchas silenciosas decepciones. Empezaba a creer que nunca sería el ejemplo de que el amor estaba destinado para todes. Pero como era la vida, inesperada e incoherente, ese día se volvió realidad, el día de encontrar el amor. No como ella lo esperaba. No en el momento que lo necesitaba y lo pedía entre pesados sollozos. No en la forma en que se imaginan cuando escuchan la palabra "amor". Y de ninguna manera hubiera pensado que encontraría los verdaderos matices del amor a través de dos personas. Una dispuesta a sentir y otra a soltar.
Siendo completamente antónimos pero que le provocaban el mismo sentimiento intrigante. Ese del que no sabía que su cuerpo y alma clamaban con vigor. Del que llevaba deseando hasta en sus sueños. Y del que la transportaría a incontables conexiones inefables: su propia libertad.(CC) Attrib. NonComm. NoDerivs