-Te puedo apostar que estas comenzando a mojar tus bragas preciosa- dijo tranquilo aun recargado en su motocicleta, con una mano en mi cintura. -N-o- dije en apenas un murmullo -Sam, no me puedes mentir a mi- susurro en mi oído mientras le daba un pequeño mordisco a mi lóbulo -Sabes que desde que nos acostamos eres mía- solté un pequeño gemido, a la vez que su mano descendía a mi trasero- Bienvenida a mi mundo preciosa- susurro antes de besarme.All Rights Reserved