Conociendo el abismo

Tenía claro que nada me distraería de mi objetivo, obtener plaza en la universidad de mis sueños, Berkeley, pero la verdad es que no sabía para nada a lo que estaba a punto de enfrentarme en mi nueva vida, ni de lo mucho que esta cambiaría ya fuera para bien o para mal. Conocería gente nueva y diferente a mi manera de ser que haría que cambiara mi forma de ver el mundo y comenzara a divertirme un poco probando cosas desconocidas hasta entonces para mi. Lograría forjar amistades indestructibles. Compartiría secretos y lograría descifrar los misterios que algunas de estas personas guardaban. No sabía que jamás me arrepentiría de mi inoportuno traslado. Y claro esta que tampoco me arrepentiría de haberme enamorado perdidamente de un extraño y misterioso chico lleno de tatuajes, que irónicamente tenía un nombre bíblico poco apropiado para él, Abel. Este chico haría que mi vida se convirtiera en una gran montaña rusa cargada de fuertes emociones, de la que deseaba nunca llegar a bajar.