Me encuentro tumbada en mi cama mirando a través de la ventana con la sensación de que mi mundo está cayendo a pedazos, ahogándome en él como la lluvia está consiguiendo hacer con las calles y las avenidas de la ciudad. Los últimos años han sido tranquilos y felices. Estaba a punto de casarme con el hombre al que amaba, hasta que de un momento a otro todo mi mundo se desmorona y mi pasado regresa con más fuerza para recordarme que no todo es de color de rosas. Nathan había aparecido en mi vida de repente y eso había hecho temblar todas mis estructuras. A estas alturas de mi vida no sabía si eso era algo bueno, o de lo contrario, estaba a punto de enfrentarme a todas esas cosas de las cuales siempre había huido.