Sonia Torres, junto a su gigantesca familia viven en Buenos Aires, Argentina, le vale madres si dicen algo de ella ni le importa insultar hasta a su santa abuelita. El problema acá es otro; Si tocas sus cosas o más específicamente sus golosinas y dulces prepárate para ver el infierno mismo chama/chamaco. Todo bien todo correcto, hasta que le caen 5 personas encima a los que casi mata por aplastar sus brownies recién comprados. Desde ahí la tranquilidad casi inexistente de su vida se irá bien por el caño.