Cada vez que llegaba a su hogar después de un duró día de trabajo, la siempre hermosa sonrisa de su esposa le daba vida a su corazón. Habían construido algo tan bonito como el cimiento que mantenía su casa en pie, pero ni el bonito rostro sonrojado de su hijo ni su ciego amor por su mujer lo habían prevenido para lo que salían de aquellos labios. "Naruto-kun...quiero el divorcio" ...Pronto la soledad fue su única mejor amiga, convirtiendo todo lo que conocía en un mero espejismo que se desvaneció al momento de firmar aquella sentencia. ¿Alguna vez ella realmente lo amo?