Nadie entendió lo poderosa que era la mente, ella quiso entender, es un largo camino poder controlar tus emociones.
Amelia, ella solo quería tener una relación normal, pero, ya nada es normal.
Hunter, el la quería, el quería muchas cosas, no le importo el precio que tuvo que pagar para conseguirlo todo.
La víctima, nunca fue Amelia, nunca fue Hunter.
Ella tiene que aprender que nunca va a controlar las cosas, aveces solo te debe pasar algo malo, quizás un enredo no sea malo, cada vez que controló algo, perdió una parte humana. La vida ya no se sentía en sus palabras, llego a pensar que solo era un objeto sin vida, pero, después de tanto... Ya nadie espera amor en su sistema.
¿Que tan egoísta es querer que te amen?
¿Que tan enfermo es desear?
¿Que tan inconsciente es juzgar?
¿Que tan dañino es ocultar?
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las galaxias y demás.
Y así como adora eso, también tiene una gran afición hacia la persona y canciones de Jayden Blackwood.
Cómo cualquier fanática normal, sueña con tener un encuentro fugaz con aquel a quien llama ídolo. Poder coincidir al menos en una mirada, un roce o tal vez en alguna interacción por redes sociales, pero así como sueña con eso, sabe que es imposible que aquello suceda...
¿O no?
Paris Smith se ve envuelta en ese momento que toda fan desea tener con esa persona a la que admira, cuando por culpa de un pequeño accidente sus vidas se ven entrelazadas de un momento a otro.
¿Quién diría que un encuentro tan fugaz como un suspiro podría unir a dos personas de distintos mundos?
¿Quién diría que una chica que tiene la nariz metida en libros de astrónomos famosos podría coincidir con alguien que ama los reflectores y los aplausos?
Y sobre todo ¿Quién diría que una chica normal podría involucrarse con una super estrella?