Yo nunca fui un hombre con mucho dinero, comía lo que me daban, dormía donde podía y trabajaba en lo que se ofreciera; gracias a eso he pasado por todo tipo de lugares, he conocido a la gente más importante del país, trabaje para ladrones y policías, para la iglesia y para prostíbulos, he tenido patrones buenos y malos, genios y estupidos, y he conocido a toda clase de gente. Y ahora que ya estoy viejo y aún puedo, quisiera contarles mis sucesos, llamémosle... aventuras.