Lloraba sin parar en la calle, las lágrimas me salían como cascadas. No entendía, mis planes habían salido a la perfección ¿Qué es lo que sucede?
Pensaba que ese era el fin, que solamente iba a ser una niña triste sin hogar pero al parecer todo eso cambió, cuando una criatura amarilla se me acercó.
-Bello ka pudum hep to? (¿Hola puedo ayudarte?) -Al parecer hablaba en un idioma que no me parecía conocido.
-Hola -Le dije, ya que no sabía más que decirle.
-Bello, ka sono Bob. What your nomba? (Hola, soy Bob ¿Cual es tu nombre?) -En serio, ese idioma ya me estaba volviendo loca.
-Perdón pero no te entiendo, soy Evangeline Evanson ¿Cuál es tu nombre?
De inmediato, él me hace una seña diciendo de que tenía que esperar, luego, comienza a escribir en un papel en el cual decía:
~Hola soy Bob, y soy un minion, yo verte sola y triste por aquí, así que me preocupé por ti, es por eso yo venir hasta aquí ¿Puedo ayudarte en algo?
Ok, el niño, o mejor dicho el minion, no hablaba español pero si escribía en ese idioma, lo cual me pareció muy extraño.
-Me encantaría que me ayudarás, pero ahora lo que necesito es estar bajo un techo con una manta y comida. Además tengo mucho frío.
Bob se quedó pensando por un buen rato, empezó a caminar en círculos, hasta que, al parecer, se le ocurrió algo.
-Batooay to quer toto po toto me hoopa?
bada ka kaylay a pohah yee mublai, pelo mublai bananes. (¿Quieres venir a mi casa? Allí tengo una manta, y muchas pero muchas bananas).
Rodé los ojos -Bob, en serio, no entiendo lo que dices.
-Ka bido (Lo siento) -dijo, y empezó a escribir en un cartón que era lo que estaba diciendo.
Luego de leerlo, sentí que se me vino una gran sonrisa a los labios.
-Ok, muchas gracias Bob.
-your maxguv (De nada).
Creo que ahí fue cuando mi historia comenzó a ser más alegre, gracias a ese minion, Bob.