Hay momentos en la vida en el que el dolor hace que se tomen malas decisiones. Que se digan cosas que poco después se lamentan el haberse dicho y la vida es tan cruel que no brinda la oportunidad de arreglar el daño que se causo. Lo que se rompe, aunque se repare, no vuelve a ser igual. La mayoría de las veces es un hecho indiscutible, pero las segundas oportunidades también existen y estas permiten poder hacer algo al respecto.All Rights Reserved