De cómo mi amigo terminó siendo mi abusador. Lo más triste de esta historia es que ocurrió realmente, y no sólo a mí, su escritora, sino a todas y cada una de las mujeres, sean conscientes de ello o no, quieran creerlo o no. Invito a todas las mujeres a las que les haya parecido algo similar (que seguro son muchísimas) a que no callen, no sufran en silencio. Hablen, cuenten, apóyense en una amiga, griten, enójense, lloren, y, sobre todo, luchen.All Rights Reserved