- ¿Por que ya no te rindes y me dejas en paz niña?-Pregunto con cierto aire de cansancio en su voz. -Ya te dije que me gusta lo que veo en ti -Contesté sonriente - Y se que también que lo no veo me gustara aun mas - continúe para luego mirar aquellos ojos que no sabia como interpretar lo que transmitían. -Esta bien, Ámame, si te atreves - fue lo único dijo para luego darse vuelta y marcharse así sin mas. Esperaba no estarme metiendo en la boca del lobo. Quizás me arrepienta. Quizás valga la pena. Y rogaba si.