Parecía un ángel... Un hermoso ángel caído del cielo que me hacía tener pesadillas por las noches. Pesadillas en las que él me poseia y luego me asesinaba. Pero en realidad era una bestia sin corazón que parecía calmarse con mis besos y caricias. Me aterraba la idea de estar con él, después de todo era un pecado. Un pecado que estaba dispuesta a cumplir sin importar el precio.