Miedo, angustia, dolor aquellas emociones torturaban la mente de Damien Brocker, distorsionado su alma cada vez más, había visto de lo que era capaz, no podía continuar, no quería sufrir más, pero las voces resonaron en su cabeza haciéndole daño; un sentimiento de culpa lo atenazaba acaso... él ¿era culpable?, un cómplice, no probablemente otra víctima. No debía pensar en ello, se había dicho a sí mismo .Con fuerza sacó aquellos pensamientos de su cabeza, un falso camino de antes se volvió real, el decidiría si lo tomaba o daba una vuelta atrás estaba listo para esa respuesta, la respuesta que lo hará cambiar, la cual le brindaría la tan anhelada fortaleza, iba a sufrir, llorar, pero después de todo, ya se había acostumbrado; lo había perdido todo por culpa de sus pecados pero hoy estaba dispuesto, no ha recuperarlo todo, no, por fin, podría recrear todo lo que una vez estuvo en sus manos.
Entre las luces de la ciudad y las sombras que se alargaban sobre la acera, sus pensamientos se enredaron en un torbellino de certeza y duda. La multitud caminaba a su alrededor, seres anónimos perdidos en su rutina. Cada paso, cada gesto, parecía parte de un patrón predecible. Era como si el mundo entero fuera una máquina bien aceitada, moviéndose sin cuestionarse, incapaz de detenerse. "Todos ellos... son prisioneros de su ignorancia," pensó Aren, con el desdén habitual que lo protegía.
Pero entonces, algo distinto se filtraba en su lógica férrea. Algo que crujía en los márgenes de sus pensamientos. La imagen de su sonrisa desordenada, de esos ojos que parecían demasiado claros para ocultar algo oscuro. Ella no encajaba en su compendio de certezas.
Su nombre resonaba como un eco persistente. Era un desafío que no sabía cómo enfrentar.
La tensión en su pecho comenzó a liberarse, solo para ser reemplazada por una nueva inquietud. Su mente seguía revolviendo esa misma pregunta: ¿Por qué ella?
Aren, nihilista y emocionalmente desconectado, es un asesino prodigioso entrenado por el gremio, una organización que inicialmente servía para mantener el equilibrio en la sociedad pero que ahora está corroída por corrupción. En su camino, Aren se une a un grupo de asesinos rebeldes. Juntos intentan desentrañar las conspiraciones que amenazan a la integridad de la hermandad.