El amor es lo más maravilloso del mundo, pero en la mayoría de las ocasiones, solo es un efímero viento, que sopla a nuestro alrededor por unos instantes y luego se va. -Tu...- comenzó a hablar, de forma vacilante y cortada, como si tuviera miedo a la pregunta que estaba por hacer -¿Aún me amas? -No lo sé. Sus palabras quedaron colgando entre ellos, resonando en sus cabezas, con un eco infinito.