Desde que llegaron aquel azabache y rubio platinado al colegio mágico, estos fueron nombrados Príncipes de Gryffindor y Slytherin siendo enemigos jurados desde la cuna, poniendo los prejuicios de sus casas por delante de ellos, pero jamás tomaron en cuenta que cabía la posibilidad de llegar a ser más que enemigos, convirtiéndose en los que podrían llegar a cambiar todo dentro del mismo castillo junta a la compañía de dos personas más y una coartada detrás suyo.