Dicen que los sueños son un reflejo de uno mismo. Muchos suelen caminar por la luz con un destino aseguradoro. En cambio yo, me encontraba escondido en la fría oscuridad; perdido y solo. En mi camino pude encontrar un alma repleta de luz; pura e incandescente. Su mirada y sonrisa llenaron aquel vacío en mi. Parecía que aquella luz con el tiempo se disipaba. Con el tiempo era frecuente el sentimiento de querer ayudarla a no caer en el mismo abismos que yo. El único problema era que en el único lugar donde había podido observar aquella luz fue entre mis sueños. Por ahora. Dedicatoria: Para un corazón que yace en el olvido.