La vida te pone justo a la mitad entre arriesgar o declinar. No hay defecto más cobarde en el ser humano que despreciar lo que un corazón te ofrece. Las circunstancias nunca podrán más que la actitud, ni la vida podrá más que el amor. El alma decide por si sola con quién va a bailar la última canción. Aunque no siempre van a querer bailar con ella.