-¿Un diario? -preguntó el rubio platino a su madre, sin dar crédito a sus ojos.
-Te será más útil de lo que piensas -le advirtió con una mirada afectuosa.
-No lo creo, madre -arrastró las palabras tal como su padre le había enseñado-. No quiero desperdiciar mi valioso tiempo escribiendo tonterías en un pergamino -concluyó, frunciendo el ceño ante la mirada severa que le aplicaba la mujer rubia.
-Siempre es bueno contarle a alguien, en este caso algo, lo que te sucede, hijo mío -le apretó la mano levemente al chico-. Sé que no te fías de nadie, Draco. Estoy segura de ello, como que soy tu madre... Además -agregó rápidamente para convencer a su hijo de que era buena idea- , le coloqué un hechizo detector: sólo tú puedes abrirlo.
-Te agradezco -suspiró.
-Bien -dijo conforme, con una sonrisa en su rostro-. Andando, iremos al callejón Diagon a buscar lo que necesitas -se levantó en seguida tomando sus cosas. Miró a su hijo que no se había movido ni un centímetro y le plantó un beso en la mejilla-. ¡Lo mejor para mi pequeño!.
«Después de todo -pensó Draco Malfoy con una sonrisa disimulada- mi madre siempre tiene la razón».
Iris va a llegar al fútbol club Barcelona con una sola misión, ser la encargada del documental secreto que van a hacerle a un Gavi que acaba de romperse los cruzados y que ha dejado claro al club que no quiere saber nada de documentales.
Ella no aguantará el mal humor del sevillano, este por su parte no le dará la oportunidad de conocerla.
Pero el amor tiene otros planes para ellos.
¿Qué pasará cuando Gavi se entere que ella está detrás de su documental con el tiempo?