-señorita, es usted conocedora de la justicia?- -por supuesto señor- -haaa, y digame. ¿es usted prostituta?- -¡NOOOO! como se atreve a...- -y si es usted conocedora de la justicia y nisiquiera es prostituta, porque demonios le ha hecho pensar a medio mundo que he sido su cliente?-