Aquí dejo mi alma en pedazos: el dolor que callo, la felicidad que se me escapa, el rencor que no sé soltar y el amor que nunca dije. No sé hablarlo, pero sí escribirlo. Mis letras son refugio y castigo, gritos que nadie escucha, susurros que tal vez alguien lea. Saber que alguien, en algún lugar, pueda sentir lo que yo siento, me hace menos sola.All Rights Reserved