Verán, hay dos clases de adolescentes. Los que quieren ser iguales a los demás, haciendo lo que sea para encajar y los que no quieren ser iguales a los demás, haciendo cosas raritas para sobresaltar. Pues yo estoy entre los dos. A veces quisiera tener cosas normales como otros, ¿saben? Cosas como un iphone, un cuarto espacioso, muchos amigos, habilidades para socializar o... un novio. Pero admito que ser normal en exceso es muy, muy aburrido. ¿que sería de mi alma sin mis locuras, mis ridiculeces, de mi bipolaridad, cursileria, mi extraña tendencia a reírme de todo o esos brinquitos raros que doy al caminar? Llegue a una conclusión. Estaría vacía por dentro. Solo sería carne y hueso, sin espíritu... pero lamentablemente no se puede tener algo sin renunciar a lo otro...